
Me apesta ella y me apesta el chill out.
Me gusta mi amigo caribeño Gerardo que baila rico y suave, y que se rie como en carnaval. Siempre anda feliz inventando chistes y pic nics en los parques, tiene la idea brillante de pasear por Valparaíso y comer chorrillanas con harta cebolla frita, cosa que me gusta un montón. Luego, dice Gerardo, podríamos buscar un bar como el Cinzano y pedir un borgoña con empanadas de queso y comer y reirnos del absurdo del mundo y de la gente que lo habita.
Pero la realidad es que a veces termino sentada en un restaurant fifí, mareándome con la cadencia insoportable del chill out, que lejos de relajarme me pone ansiosa y con ganas de salir volando. Puedo tolerar el trance, incluso el goa trance, pero esa tontera mínima del deeeeeeep house, debería ser prohibida por fome, por repetida y cursi.
Me hubiera gustado llamarme Elise, y así podría pensar que esta canción fue escrita para mi.
"Elise believe i never wanted this
i thought this time i'd keep all of my promises
i thought you were the girl always dreamed about
but i let the dream go
and the promises broke
and the make-believe ran out..."
A veces no hay nada más que hacer.
<< Home